El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución sobre la violencia sexual en zonas de conflictos armados. La aprobación se dio con 13 votos a favor y dos abstenciones, la de Rusia y China.
Dos galardonados con el Premio Nobel de la Paz, la joven Nadia Murad y el médico congoleño Denis Mukwege, y una de las abogadas de derechos humanos más destacada, Amal Clooney, unieron fuerzas y lograron lo que estuvo a punto de naufragar, una resolución ONU que combata los abusos sexuales como elemento de dominación en zonas de guerra.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución sobre la violencia sexual en zonas de conflictos armados. La aprobación se dio con 13 votos a favor y dos abstenciones, la de Rusia y China. Estados Unidos había amenazado con vetarla porque el texto usaba un lenguaje de "salud reproductiva", que por extensión constituía un apoyo al aborto para las víctimas. El cambio solicitado por Estados Unidos se ha aplicado en el nuevo texto, con una cita suavizada, lo que abrió puertas a la aprobación. La prensa especializada señaló hoy que la posición estadounidense y de otros países ha ayudado a quitar del proyecto de resolución "de uno de sus elementos más importantes, el establecimiento de un mecanismo formal para monitorear y reportar las atrocidades".
"Incluso después de que el mecanismo de monitoreo formal fue eliminado de la resolución, Estados Unidos sigue amenazando con vetar la versión suavizada, porque incluye información sobre el apoyo de las víctimas en las clínicas de planificación familiar", escribió el diario británico The Guardian.
En los últimos meses, la administración de Trump ha tomado una línea dura al negarse a aceptar cualquier documento de la ONU que se refiera a la salud sexual o reproductiva, debido a que dicho lenguaje implica apoyo para los abortos. También se ha opuesto al uso de la palabra "género", y la busca como una cubierta para la promoción liberal de los derechos de las personas transgénero".
"La resolución que está considerando hoy resalta la prevalencia de la violencia sexual en las guerras en todo el mundo y manifiesta su preocupación por el lento progreso en la eliminación de las violaciones en los conflictos armados", dijo la abogada Amal Clooney, esposa del actor George Clooney, en encendido discurso. "Aunque el borrador es un paso adelante, especialmente en la medida en que fortalece el régimen de sanciones para quienes cometen este crimen, debemos ir más lejos. Si este organismo no puede prevenir la violencia sexual en la guerra, al menos debe castigarlo", añadió la activista ante el Consejo de Seguridad de la ONU que analizó este martes las violaciones en las guerras.
"En lugar de abandonar la justicia internacional, debemos defenderla", agregó. "La justicia no tiene oportunidades si las personas en el poder, incluidas las que están sentadas alrededor de esta mesa, no la convierten en una prioridad", acotó enfática la abogada.
"Hay una epidemia de violencia sexual y la justicia es el antídoto", subrayó. "Es hora de hacer de la justicia una prioridad y honrar realmente a los sobrevivientes como Nadia Murad, que ya han sufrido demasiado", continuó Amal Clooney, que expresó su anhelo de que la justicia internacional ponga fin a las atrocidades del Estado Islámico. Murad, la joven yazidí de origen iraquí que fue secuestrada, violada y convertida en esclava sexual por miembros del Estado Islámico.
"Esta es una oportunidad para estar en el lado correcto de la historia", concluyó Amal Clooney.
Al final, la diplomacia estadounidense ha determinado que la "salud sexual y reproductiva" en realidad es solo una abreviatura de "abortos", y ha tomado una postura firme en contra de apoyar cualquier esfuerzo que pueda permitir a las mujeres obtener esos servicios. A Washington no le importa que la propia ONU haya definido la salud reproductiva como "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no simplemente la ausencia de enfermedades o enfermedades reproductivas".
La enmienda para que Estados Unidos avale la resolución encendió polémicas.
"Esto significa que el Consejo no reconoce directa o indirectamente que los sobrevivientes necesitan tener salud sexual y reproductiva, y el texto no determina qué servicios necesitan los sobrevivientes", dijo Vanessa Jackson de Care International.
De particular preocupación es el lenguaje, que se incluyó anteriormente en 2013 y 2009. De hecho, la tendencia es la opuesta: expandir su enfoque y volverse más inclusivo. Justamente eso era lo preocupante para la administración de Trump que forzó al Consejo de Seguridad a volver al tablero de juego y a repetir los debates que se concluyeron hace años.