Aturdido por la realidad económica y sobresaltado por la derrota de Mac Allister en la interna de La Pampa, el tercer puesto en Neuquén y la ruptura de Cambiemos en Córdoba, Mauricio Macri se refugia en la gobernadora Vidal.
Cambiemos está pasando por una tormenta que amenaza con sacudir los cimientos de la alianza electoral que la llevó al gobierno en el 2015.
Sin nada positivo que mostrar en la microeconomía, con datos de la macro que no convencen ni siquiera a los grandes y perspectivas negativas en baja de la inflación y aumento del consumo, el presidente Mauricio Macri trata de contener en su tropa a quienes se muestran más que escépticos respecto no ya a una pronta mejoría sino a un buen desempeño en las próximas elecciones generales, y para conseguirlo viajó a La Plata donde visitó a la gobernadora María Eugenia Vidal quien realizaba una reunión de gabinete.
A los datos duros de las elecciones en La Pampa y Neuquén más el desmadre en Córdoba, el gobierno nacional debe sumar la propia decisión de seguir con los aumentos en los precios de los servicios públicos y la dureza de la "mano invisible" que, especialmente en la depreciación diaria del peso, le demuestra que de "invisible" tiene poco y sospecha, con razón, que los grandes jugadores económicos lo ametrallan con fuego amigo.
La comunicación del gobierno continúa creando confusión en todos pues, por ejemplo, luego de afirmar que con la realización del G20 se "obtuvo el más extraordinario apoyo internacional de los últimos años", en esta semana notificó que el ministro Dujovne viajó de urgencia a EE.UU para interesar a posible inversores del sector energético, a la vez que tratará no ya de conseguir capitales que posibiliten creación de "puestos de trabajo sustentables" sino obtener del FMI permiso para aflojar el corsé que limita la intervención oficial en lo relativo al dólar.
Hay que recordar que de acuerdo con lo impuesto por el organismo internacional el Banco Central sólo puede intervenir cuando la divisa supere el techo de la zona de libre flotación, actualmente pautada en $ 50,23 y eso significa que el dólar podría subir otro 20% sin que la autoridad monetaria pueda hacer nada, lo que constituiría la peor de las pesadillas para un atribulado gobierno nacional.
Más allá de las sonrisas de ocasión que mostró en La Plata en este mes de marzo Macri deberá digerir los resultados de las PASO del 17 en Córdoba y las del 31 en San Juan y en abril las de Chubut y Río Negro el 07, las de Entre Ríos el 14, las de San Luis el 21 y finalizará ese mes esperando los resultados del 28 en Santa Fé.